Para el cumpleaños del hijo de una amiga hice una tarta de Mario Bros porque a Daniel le encanta este personaje de juegos de consola y así salió...
Sí, sí,... ya lo sé. Está llenísimo de fallos. El primer error fue cubrir la tarta con glasa en vez de con fondant, ya que después la cara del Mario sería de fondant, y la hice de un grosor tan gordo que se hundía en la glasa... Así que la lección que aprendí es que no se debe poner fondant encima de glasa... por lo menos tan grueso...
Eso sí, los niños del cumple, aún con todos sus fallos, alucinaron con la tarta... lo dejaron sin ojos, sin nariz, sin orejas... les encantó. Y a mi, viéndolos tan felices, se me olvidó el disgusto.
Días más tarde, hice una tarta de Spiderman para Yoel, hijo de mi prima Imma (Gume no me he equivocado, eh... es Yoel con y griega e Imma con dos emes, jejeje). Tuve la brillante idea de hacerle un ganache de chocolate blanco y teñido de azul para cubrirla ... y creo que me pasé con la nata porque aquello no endurecía ni a la de tres. Y el segundo error fue hacer a Spiderman un par de días antes de ponerlo en la tarta porque se confabularon un montón de astros en mi contra y al ir a ponerlo encima de la tarta se me rompía a trozos. Uff, qué horror y qué nervios pasé (estuve a punto de ir a comprarle una del Mercadona... no, no, la arreglé como pude). Y así quedó
Total que tomé buena cuenta de todo lo que no se debe hacer... porque yo, aunque me ha costado, de los errores aprendo, jejeje!!
Eso sí, en los dos cumpleaños me dijeron que la tarta estaba buenísima. Los dos eran de chocolate con capa de mermelada de fresa y cobertura de chocolate, el Mario de chocolate negro y el Spiderman de chocolate blanco. Ummmm. qué hambre me está entrando!!
Pues yo las veo perfectas !!!
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